EL
HOMBRE MUERTO
Conocía
de un amigo avariento
Que
millones tristemente disponía
Con raídas trapeluchos se
vestía
Dormía, en los bancos de
cemento
No comía; y el gastar, lo
devoraba
Y ese día de su muerte ¿Qué
tenía?
Solo hambre y miseria
disponía
Y una historia, que siempre
recordaba.
Descendía, con su falso
testamento.
Donde hiría a la vez su
pensamiento;
Con la ropa más vasta,
sepultado.
No tenía ya dinero con su
muerte.
Porque vivo disponía, otra
suerte:
Pero muerto todo queda
terminado.
SONETO
DEL INVISIBLE MUNDO
Navegante ha sido el mágico
sentir
Pude haber soñado con el
sosiego
(Hermosa imitación del aire
ciego)
Agreste en altares, pero sin
mentir
Este mundo irrumpe y nos
cuesta vivir
Desasida voz que atroz
calcinada
Tenía una frase, que en sí
no era nada
Eran siglos listos para
presentir.
Decreto de la vida que desiste
Allí, hacen frases que
parten bramidos
En mundos invisibles de
colores
Todo es el mundo, y nada en
vida existe
A veces creíble, sino dormido
Descifrable mundo, ¡cuantos
horrores!
BENDITA
MUERTE
¡Cuanta belleza nos depara
el cielo!
Sombras que no vemos cuando
llega el día
Bendita la muerte que más
bien decía
Volvemos así hasta un próximo
velo.
Bastaba el sosiego que tal vez
llegó
Sin la impronta misma de su
corazón
Celeste tatuaje de la sin
razón
Con lágrimas vivas que un
beso pegó
Se trata de un halo de
revelación
Tan bella y tan triste como la
canción
Más inevitable que la faz
atroz
Es como una noche de plomizo
frío
Que cuando despiertes verás
el rocío
Llegas a ser nada, sin voto,
sin voz.
NIÑO
ABANDONADO
Desde un seno muy triste
abandonado
Un niño con su voz
desmadejada
ha sentido una nube
desdeñada
que defiende al correr
enamorado.
Muchos dioses con rostros
deliciosos
que socorren sus luces más
brillantes
amenizan con lluvias y
diamantes
Soberbias; y los sueños
más hermosos.
Haciéndose habitar entre
los cantos
Rompiendo los inmóviles
espantos
Un eclipse preñado con
mil rezos
Que desprende con ansias
un desvelo
De algo muy triste que se
ve del cielo
Desprender de su vientre
dulces besos.
GLOZANDO
TÚ ALMA
Regresaba a mi casa con mi
alma
Destrozando una voz con mi
esperanza
Tu encendida de luz y de
confianza
Yo bebía de tu aliento y de
tu calma.
Con el llanto como canto pude
ver
Un espectro visible de colores
Pasando por silencios y
dolores
Hasta el fin de tus encantos y
tu ser
Otro beso de místico
honorable
Definía otro sol inmemorable
En un curso veloz que todo
inflama.
Hasta un largo pregón de
dulce aliento
U otro beso tan frío como el
viento.
Desglosaba
tu alma con la fama.
DON CABALLERO
Don Caballero López de
Mendoza
Estimado marqués de
Santillana
Quién entregó pasión con
mucha gana
Cuarenta y dos sonetos con su
prosa
Su métrica rima que reposa
de una dulce escultura
castellana
con itálico modo se decana
pontífice primero como rosa
tubo visos de hermosas
deficiencias
con arpones modernistas de
alegría
que remusga a veces, con
esmero
estimando su metrica ´´de
ciencias
eran versos importados que
escribía,
que lo hicían un dotado
caballero.